Desde hace ya unos meses, el sector de la construcción está viviendo un escenario extraño y confuso a la vez. A los problemas endémicos como la escasez de personal cualificado y el vacío generacional, se le suman nuevos problemas como los costes de los materiales para construir o las dificultades en la cadena de suministros a raíz del estallido de la guerra de Ucrania.
Pero paradójicamente, también en este último año, el sector ha experimentado un crecimiento de las reformas, rehabilitaciones y obras nuevas que ha llevado a muchas empresas del sector a no dar abasto. Más ahora, con la llegada de los fondos europeos. Esta combinación difícil de encajar ha hecho que, muchas empresas del sector estén acusando esta situación.
Si bien es cierto que la convulsión en el mercado del sector es real, también es verdad que el sector de la reforma y la rehabilitación se muestra, otra vez, más resiliente que nunca. Y es que el aumento de la demanda de estos trabajos en la vivienda ha ayudado a los profesionales a amortiguar la inflación. Por ello, se podría señalar que la subida de precios no frena las reformas.
Fuentes afirman que “los trabajos de carpintería y los de materiales para la conservación y la reparación de la vivienda han sido los que más han aumentado en 2021, seguido de los servicios de fontanería y los servicios de pintura”. Y aunque es necesaria la prudencia, no dejan de ser datos esperanzadores que propician que el sector de la construcción se establezca como uno de los motores para la recuperación económica.