No es ninguna novedad que el sector de la construcción está viviendo un cambio de paradigma desde el inicio de la pandemia. En los últimos años, el peso de la industrialización y de la automatización de los procesos constructivos ha ido cogiendo fuerza hasta el punto de convertirse en tendencia y realidad. De hecho, se estima que para el año 2030 más de un 30% de proyectos atados al sector sigan sistemas automatizados.
La automatización es la implementación de procesos, herramientas y equipos que operan bajo una mínima o prácticamente nula intervención del ser humano. Aplicar estos métodos, ayuda a tener una mayor precisión, mejorar los plazos de ejecución, mejorar la eficiencia de diferentes procesos, evitar errores e incluso a contrarrestar la escasez de mano de obra, una de las problemáticas vigentes del sector de la construcción.
En el presente, la visión de la automatización está en madurar e integrar los avances tecnológicos que se han ido dando para lograr la famosa transformación digital que impulse el salto hacia una construcción más sostenible y eficiente en todos los sentidos posibles. De hecho, hoy ya existen distintos casos prácticos donde se ha implementado la automatización de procesos en obra mediante robots y sistemas y equipos de construcción autónomos.
Sin embargo, la introducción de los mismos se está dando de manera gradual y paulatina, acompañada de métodos tradicionales y siendo el factor humano muy determinante. Aún queda mucho para que los procesos automatizados sean una realidad pero es innegable que su implementación y extensión es algo que está cobrando mucha fuerza. Los avances tecnológicos dentro y fuera de las obras, previos y posteriores a la ejecución de proyectos hacen prever que la automatización en la construcción es inminente.