El sector de la construcción era el principal motor económico de España antes del 2007. Sin embargo, tras la crisis económica y financiera fue uno de los sectores más azotados y afectados. Actualmente, tras años de recuperación moderada y aunque se ha registrado un incremento en la demanda, el sector no parece alcanzar, todavía, el nivel económico anterior a la crisis.
En este contexto y con evidencias de un agotamiento del actual modelo, es necesaria una transformación que, entre muchas cuestiones, pasa por la formación, la transferencia de conocimiento y la innovación. Y es que invertir en conocimiento y formación es necesario para que el sector siga siendo dinámico y se puedan promover los nuevos modelos de negocio basados en sostenibilidad y eficiencia energética, automatización de procesos, etc.
En un mundo altamente competitivo, voraz y cambiante, los profesionales del sector deben buscar oportunidades que incidan no sólo en sus habilidades técnicas para mejorar sus áreas de especialización, sino en el desarrollo de competencias transversales tales como la digitalización, la gestión de recursos, entre otras. La inversión en formación y desarrollo es definitivamente, una alternativa necesaria para incrementar la cualificación de los trabajadores y, por ende, el valor de la empresa.
En esta línea, el conocimiento es el mayor capital de un profesional y de una empresa, y está en cambio continuo. La globalización de los mercados y la eclosión de nuevas tecnologías exigen a las empresas una inversión continua en su activo más importante: su capital humano. La impartición de talleres, cursos, jornadas, la asistencia a ferias y eventos sectoriales han demostrado ser una herramienta eficaz para la mejora de la empleabilidad y competitividad. Formar es convertir el conocimiento en riqueza.