En el anterior editorial hablaba de la importancia de tener presencia online para nuestro negocio o marca. Esta presencia es vital especialmente para los autónomos, microempresas y pymes de la construcción porque aumenta la notoriedad del negocio, de la marca y de la reputación de esta. Asimismo, ayuda a conseguir nuevos clientes en más de un 60% según datos de varios estudios.
Dirigir un negocio o proyecto conlleva una serie de responsabilidades que, actualmente, se trasladan también a lo digital. Dos de los mayores retos que afrontan los autónomos y profesionales de la construcción para dar el salto al mundo digital en sus negocios es la falta de conocimiento y tiempo. También hay quienes consideran que empezar en lo digital es un proceso complejo y costoso. Pero no es así, familiarizarse con ello está al alcance de cualquiera.
Años atrás la experiencia de compraventa era de un solo canal, como el famoso boca-oreja o cara a cara como estrategia única, pero ahora ya no podemos confiar la supervivencia de nuestro negocio únicamente a ello. Antes se perseguía la transacción como primera y última finalidad; ahora todo pasa por convertir nuestras acciones en espacios que generen experiencias para lograr el fin último: la compra o adquisición. El perfil de consumidor actual es mucho más conocedor, informado y activo. Las empresas ya no eligen al cliente o consumidor, él es quien elige, por eso se informa y utiliza nuevas tecnologías y canales como herramientas para tomar mejores decisiones.
En este nuevo contexto, será importante crear estrategias personalizadas dirigidas a fidelizar a los clientes y a dotarles de la mejor experiencia posible mediante los distintos canales que ofrece la red. Es por esta misma razón que el marketing digital es una necesidad para todos los autónomos y profesionales, no únicamente del sector de la construcción. Invertir tiempo en formación digital repercutirá directamente en los resultados y la percepción del propio negocio.