La semana anterior lanzábamos una entrevista con David Martínez, director comercial de la compañía La Escandella. En ella, hicimos un repaso de las temáticas más novedosas y actuales que envuelven la compañía cerámica y el sector de la construcción, respectivamente. David, en un punto de la entrevista nos dejó un titular: “La naturaleza de los elementos constructivos que utilicemos es vital”.
Estamos de acuerdo en que la naturaleza de los materiales y elementos constructivos que utilizamos en las obras es vital, puesto que no únicamente aportan valores intrínsecos a su origen, sino que colaboran indudablemente a un respeto con el medioambiente y con nuestro bienestar. Si bien es cierto que los materiales de origen natural son los que demuestran tener una mayor durabilidad y ofrecer el máximo confort a los usuarios, también es evidente que los nuevos métodos de instalación empleados aportan mayores beneficios en materia de eficiencia energética.
Y es que la realidad es que pasamos un alto porcentaje del día en espacios interiores, donde desarrollamos la mayor parte de nuestra actividad profesional y de nuestra vida personal. De la misma manera que cuidamos de nuestra salud a través de la alimentación -donde nos preocupamos por su origen, elaboración, envasado, conservación y distribución-, también conviene buscar la honestidad de los materiales de los espacios en los que más tiempo invertimos.
Por ello, debemos dar al hogar y al ambiente interior la importancia que merece y usarlos en beneficio propio. Elegir conscientemente materiales sanos y sostenibles definitivamente mejorará la salud del planeta y el bienestar mental y físico de los usuarios e inquilinos. El presente y el futuro de las construcciones pasa por el cuidado de estos espacios interiores y el beneficio es para todos. Cuidar de ellos es un aspecto indispensable para la evolución verde del sector.